EN DEFENSA DE LA INDUSTRIA CANARIA Y EL SECTOR TABAQUERO.
POR UN MARCO ECONOMICO Y FISCAL AL SERVICIO DEL EMPLEO.
Canarias vive en estos momentos, junto al resto de las economías del mundo desarrollado, unos momentos de crisis que nos puede situar en unos niveles de paro y de pobreza que van a significar enormes sacrificios para numerosos trabajadores y trabajadoras. Nuestro tradicional patrón de crecimiento, sostenido en gran parte sobre la construcción residencial y el empleo precario, se ha agotado; además de haber demostrado los efectos perniciosos que ha tenido para el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
En este contexto, se vuelve a hablar insistentemente de la necesidad de diversificar nuestra economía, de planes de reindustrialización, de protección al sector primario, de turismo sostenible. Intenciones todas ellas loables pero que, nos tememos, están condenadas al más rotundo de los fracasos y a convertirse en pura retórica si no van acompañadas de compromisos concretos del gobierno y demás poderes púbicos, de los agentes sociales y económicos y de la exigencia permanente de una sociedad viva y participativa.
No es compatible con la reindustrialización deseada y resulta indignante y hasta obsceno, que en unas circunstancias como las que estamos viviendo, algunas empresas, sin la menor responsabilidad social y disfrazando con falsas razones de viabilidad lo que no son más que estrechas y especulativas decisiones estratégicas de su grupo, pretendan efectuar cientos de despidos y la consiguiente destrucción de empleo. Es el caso de J.T.I., multinacional con triste antecedentes en Canarias.
Su pretensión de cerrar TACISA, con coste directo de 300 empleos, su abandono del sector del puro, su política de sustitución de marcas que ha llevado a que las marcas canarias que produce JTI pierdan un 57% de mercado peninsular, mientras las suyas han crecido un 110 %, es el principio del fin del subsector industrial tabaquero en Canarias.
Estas decisiones las toma en un mercado como el del tabaco en Canarias que se caracteriza por ser un espacio especial dentro de la Unión Europea, en el que existe una baja fiscalidad (IGIC), alta protección a la producción interna (AIEM), y regulación soft respecto a la venta en función de los principios del Régimen Económico y Fiscal de las Islas. Además, las empresas se benefician de los incentivos generales del REF, tales como los regulados en los artículos 25, 26, 27 y 28, más la regulación especial, más favorable, de la deducción por inversiones en Canarias.
Todo lo expresado en el párrafo anterior, lleva a las empresas que operan en Canarias a obtener cuantiosos beneficios, con unos márgenes cercanos al 50% frente al 7 u 8 en península. No podemos permitir, por tanto, que la irrenunciable compensación social que se debe obtener a través del empleo sea cada vez menor y de menor calidad.
Nos manifestamos en contra de la destrucción de puestos de trabajo, contra la miseria y la explotación, por el empleo con derechos y a favor de la industrialización de Canarias.


